miércoles, 20 de abril de 2011

CANTO PARA UNA SEMILLA 2


La Infancia


Semana sobre semana
transcurre mi edad primera.
Mejor ni hablar de la escuela,
la odié con todas mis ganas,
del libro hasta la campana,
del lápiz al pizarrón,
del banco hasta el profesor.
Y empiezo a amar la guitarra
y donde siento una farra
allí aprendo una canción.

Cuando me pierdo en la viña
armando mis jugarretas
yo soy la feliz Violeta
el viento me desaliña.

Como nací pat'e perro
ni el diablo me echaba el guante
si con la escuela inconstante
constante para ir al cerro.
Lo paso como en destierro
feliz con los pajaritos
soñando con angelitos.
Así me pilla fin de año
sentada en unos escaños.
¡Quisiera ser arbolito!

Así poco a poco aprendo
lo que es mansera y arado
arrope, zanco y gloriado
bolillo que está moliendo
siembra, apuerca, poca y trilla,
emparva, corta y vendimia;
ya sé lo que es la cizaña
y cuantas clases de araña
carcomen la manzanilla.

Aprendo a bailar la cueca
toco vihuela, improviso,
descuero rana a cuchillo
ya le doy vuelta a la rueca.
Como una gallina clueca
saco mi linda parvá
y en la callana caldeá
dorado dejo el triguito
y amarillo el motecito,
nadie me gana a pelear.

...Y empiezo a amar la guitarra
y donde siento una farra
allí aprendo una canción.


jueves, 14 de abril de 2011

CANTO PARA UNA SEMILLA 1

Violeta Parra escribió su vida en décimas, me dan ganas de escribir la mía, pero puedo dejar en ridículo a la cantora...

Los Parientes

Cantar es lindo deleite
mucho mejor con guitarra,
quien le hace el quite a la farra
se va como por aceite.
Sin mañas y sin afeites
puede llegar la cantora,
cantarle a la buena aurora
como lo hace el chincolito
o cantarle al angelito
como la Virgen Señora.

A eso vengo mis señores,
a cantar cantos colmados
de versos tan delicados
como perfectos primores.
Aquí mostrarán dolores,
allá pedirán mudanzas
llenas de fe y esperanzas
de nuestros amargos males.
Fatal entre los fatales
yo seguiré estas andanzas.

Empezaré del comienzo
sin perder ningún detalle,
espero que no me falle
lo que contarles yo pienso.
A lo mejor no convenzo
con mi pobre inspiración.
Se larga la descripción
sin coilas y sin engaños
reculando algunos años
y mudando al caserón.

Ya están sonando instrumentos
y diré con gran estilo
señores demen permiso
aquí presento a mi abuelo:

José Calixto su nombre
fue bastante respetao
amistoso y bien letrao
su talento les asombre.
Mas le aumenté su renombre
al decidir muy en breve
no más entre marte'y jueves
procura mostrar su honor
defendiendo el tricolor
del año setenta y nueve.

En la ciudad de Chillán
vivía en un caserón
dueño de una población
de gran popularidad.
Pa'mayor autoridad
manda a su hijo a la escuela
y a petición de mi abuela
le va a enseñar a solfear
para una orquesta formar
de arpa, violín y vihuela.

Ya ven mi abuelo José
con la música en la mente
y quién hubo más prudente
como mi otro abuelo fue:

Mi abuelo por parte'e maire
era inquilino mayor
capataz y cuidaor
poco menos que del aire.
El rico con su donaire
lo tenía de obligao
caballerizo montao
de viñatero y rondín,
podador en el jardín
y hortalicero forzao.

Al verlo a primera vista
parece mi lindo abuelo
algún arcángel del cielo
gemelo de un Juan Bautista.
Azules sus pupilitas,
dorada su cabellera,
montao en su yegua overa
no hay niña que no lo mire
ni vieja que no suspire
por detracito'e mi abuela.

Me pongo a pensar un rato
y mis taitas aparecen
ojalá aquí deletree
con claridez sus retratos:

Mi taita fue muy letrario
pa'profesor estudió
y a las escuelas llegó
a enseñar su diccionario.
Mi mamá como canario
nació en un campo florio
como zorzal entumio
creció entre la candelilla
conoció lo que es la trilla
la molienda, el amasijo.